La circuncisión masculina de carácter voluntario
aparece en los últimos años como una importante herramienta en la
prevención de la infección por el VIH. La promoción de esta práctica es
lenta y la creación de servicios de circuncisión para promover la
intervención es fundamental. Sin embargo, no ofrece una protección total
y deben tenerse en cuenta otros métodos de prevención.
“La circuncisión masculina reduce parcialmente el riesgo de contraer
el VIH y, una vez efectuada, esta reducción dura toda la vida”,
describe ONUSIDA en su informe Treinta años de SIDA: Las naciones en la
encrucijada.
La investigación que apoya la hipótesis de que es menos probable que
los hombres cincuncidados se infecten con el VIH es reciente y fue
realizada en África subsahariana. Se comprobó que el riesgo de contraer
VIH se reduce aproximadamente en un 60%. Con estos resultados se busca
introducir la intervención quirúrgica en entornos con alta prevalencia
de infección por VIH en hombres. Sin embargo, la práctica de la
circuncisión no es común y es tomada por algunos varones como un
“ataque” a su virilidad.
La población de África subsahariana es la más gravemente afectada
por el VIH. En nueve países de África meridional y cuatro de África
oriental, menos del 80% de los hombres adultos están circuncidados.
Fuera de estas regiones, solo en la República Centroafricana y en Sudán
el porcentaje de hombres circuncidados es menor al 80%.
Una vez publicados los resultados de estas investigaciones, se
procuró promover la práctica en los países prioritarios. En 2009,
alrededor de 100 mil hombres fueron circuncidados en ocho de los trece
países prioritarios, según señala ONUSIDA en su informe. En 2010 la
cifra asciende a 350 mil hombres en los mismos países.
Kenya aparece como el país con mayores avances en esta práctica. El
fuerte compromiso político y las permanentes actividades de difusión a
través de líderes comunitarios han sido las principales herramientas
para aumentar la demanda y facilitar el acceso a la intervención
quirúrgica. Un ejemplo de que fortalecer el vínculo entre las políticas
públicas y la comunidad incide directamente en mejorar y promover la
calidad de vida de la población.
Quisimos conocer la opinión sobre la circuncisión masculina de un
médico infectólogo, y consultamos con el Dr. Pedro Cahn, reconocido
médico argentino especialista en VIH/SIDA y presidente de Fundación
Huésped. El Dr. Cahn opina que “Si bien la circuncisión reduce las
posibilidades de infección por HIV, ésta no confiere una protección
total. Por eso, es necesario abogar por una mayor actividad que
garantice el acceso universal a los métodos de prevención y tratamiento
existentes, en particular el diagnóstico oportuno y tratamiento temprano
de las personas que viven con el virus. Hoy, menos de una de cada tres
personas con VIH en los países de bajos y medianos ingresos tienen
acceso a la medicación adecuada y una proporción aún menor lo tienen a
métodos probados de prevención, como condones y jeringas estériles. El
objetivo de lograr un acceso universal al tratamiento debe seguir siendo
una prioridad, ya que ha demostrado ser la herramienta más efectiva
dentro del conjunto de métodos de prevención”.
Si bien la circuncisión masculina es un método probado para reducir
la probabilidad de transmisión del VIH, la manera más eficaz de detener
la epidemia sigue siendo el uso sistemático del condón en todas las
relaciones sexuales, no intercambiar o compartir agujas y jeringas y
realizarse el análisis de VIH periódicamente, en especial en el primer
control del embarazo. Esto, sumado al acceso al tratamiento para quienes
ya viven con el virus.