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lunes, 18 de febrero de 2013

DIGAMOS NO A LA HOMOFOBIA

La homofobia es producto de una educación equivocada, basada en la intolerancia y el desconocimiento de las realidades humanas.
 

Por eso muchos gays tienen serios problemas de autoaceptación y buscan por todos los medios posibles "cambiar", "curarse", etc., lo que en ocasiones extremas ha llevado a muchos al suicidio.

Muchos gays homofóbicos (generalmente los "no obvios" o "no afeminados") que hacen burla de los que son más evidentes por su forma de ser o de vestir o los discriminan abiertamente, porque tienen terror de que, si los ven juntos, los demás vayan a descubrir "su terrible secreto".
 
La homosexualidad no es una enfermedad, la homofobia sí.

sábado, 9 de febrero de 2013

HIV/SIDA una epidemia generalizada en Venezuela

El Dr. Mario Comegna, nos informa acerca de la enfermedad transmisible del VIH-SIDA y aclara nuestra situación actual en Venezuela. 



El Dr. Comegna, es un reconocido especialista  venezolano... inicia sus estudios de Medicina en la Universidad del Zulia, en Venezuela. En diciembre de 1988, obtiene el título de Médico Cirujano. En el año 1990 ingresa al Hospital Vargas de Caracas, para realizar su curso de postgrado en Medicina Interna e Infectología en el mismo Hospital; bajo la dirección del Dr. Manuel Guzmán Blanco, profundiza sus conocimientos sobre microbiología y resistencia bacteriana.  Se entrena en microbiología, con énfasis en resistencia a las quinolonas durante cinco meses en el laboratorio de investigación de microbiología del Brigham and Women's Hospital de la ciudad de Boston en EE.UU., con el Dr. Thomas O'Brien y John Stelling. Una vez que regresa a Venezuela,  se pone en contacto con otra área de la Infectología, como es el tratamiento de los pacientes con infección por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana VIH/SIDA.  En 1997 reingresa al Hospital Vargas de Caracas como adjunto en el Servicio de Infectología, donde ha podido mantener sus dos líneas de trabajo y adicionalmente le ha permitido participar en la actividad docente de este posgrado. Éste especialista, nos ofrece una exclusiva en el reciente congreso nacional de sexualidad en Venezuela,  plena de  profundos análisis. 





¿Cuándo hablamos de HIV/SIDA, cómo identificar contagio y transmisibilidad?
 
"Debemos tener claro que la infección por VIH/SIDA no es una enfermedad contagiosa, nos referimos a una enfermedad transmisible. La gente generalmente tiene esa confusión y es importante aclararlo, porque así evitamos la discriminación. Existen personas que tienen temor al contagio, ésta es una enfermedad que se transmite y lo hace básicamente por los fluidos vaginales, por el semen, por transfusiones y contacto por sangre. Por lo tanto, no es una enfermedad contagiosa".

¿Desde el punto de vista de la epidemia en Venezuela  y en el mundo, cuál sería su clasificación?
 
"Ciertamente desde el punto de vista epidemiológico, existen dos clasificaciones: epidemia generalizada, cuando nos referimos a más del 1% de la población, entre los 15 y los 49 años, según la muestra de infección por el virus. Es decir, los trabajos de prevalencia mundial, nos dan como resultado que ya podemos referirnos a una generalización de la epidemia. Ahora bien, nos referimos específicamente a una epidemia concentrada, cuando los grupos con conductas de riesgo tienen prevalencia de infección por arriba del 5%. ¿Qué fenómeno estamos observando en Venezuela, aún cuando tenemos dificultades para alcanzar estadística estatal, al respecto? ; ya estamos comenzando a hablar en nuestro país que tenemos una epidemia generalizada de HIV/SIDA. Estamos observando que ya estamos cercanos de pasar el 1% de la población del país infectada".
 

 


"Son más de treinta años de epidemia mundial, de conocimiento de ver muchos pacientes, al principio veíamos a los pacientes que ya tenían SIDA, a los que se le había comprobado que su sistema inmunológico estaba comprometido. Como ustedes muy bien saben, ahorita estamos hablando de personas que viven con VIH, las cuáles inmunológicamente responden bien y tienen una vida "saludable", las mismas pueden ser personas productivas, gracias a los tratamientos que les permiten  tener una infección controlada. ¿Cómo comenzó toda ésta historia?, pues bien, sin duda alguna el grupo que fue mayormente afectado, fueron los hombres que tenían sexo con hombres; hasta cierto punto esto estigmatizó la epidemia. En la actualidad observamos que a nivel mundial esto ha cambiado, aunque aún en Venezuela, predomina en hombres que tienen sexo con hombres, sin embargo en otras partes del mundo, vemos presencia en heterosexuales y lo más grave, es que estamos observando cada día más, infecciones en mujeres. La proporción hombre-mujer, al menos en Venezuela, reportaba a principios del 2000, que estábamos en 17 hombres infectados por una mujer infectada, para el 2009, se llegó a la lamentable cifra de 3 hombres infectados por una mujer infectada".

"Por ello debemos de ser claros, esta es una enfermedad que no solamente afecta a hombres homosexuales u hombres que tienen sexo con hombres, sino que es una enfermedad que puede afectar a cualquier grupo de personas; independientemente de religión, nivel social, raza, etc. Desgraciadamente es una infección que aún cuando existen tratamientos efectivos, y se han intentado de alguna manera diseñar mecanismos de prevención, es una epidemia que aún está fuera de control".
 
 
 
Llama la atención el término "hombres que tienen sexo con hombres", ¿es éste un cambio de paradigma, en que terreno queda la bisexualidad?
 
"Este es un término básicamente epidemiológico, anteriormente se utilizaba desde el punto de vista epidemiológico, el término por igual de bisexualidad, pero éste es un concepto muy difícil de definir, que genera confusión. Desde unos años para acá, se utiliza el término "hombre que tiene sexo con hombre" o "mujer que tiene sexo con mujer". Esto implica que vasta que una persona haya tenido un único contacto sexual sin protección con personas de su mismo sexo, para haberla colocado en riesgo y sea catalogada dentro de cualquiera de las dos terminologías. La bisexualidad es un término, que no quiere decir que esté caduco en el sentido real, pero desde el punto de vista epidemiológico para la realización de estudios, se utilizan las terminologías anteriormente citadas. 

El mayor riesgo en las relaciones sexuales, son aquellas por vía anal sin protección, debemos entender que éstas no son exclusivas del varón homosexual, dentro de las parejas heterosexuales y sobretodo en Latinoamérica, la práctica de las relaciones anales o penetración anal, es muy frecuente en las parejas heterosexuales. De hecho en la terminología popular, está muy establecido lo que se reconoce como los "tres platos", oral, genital, vaginal, esto pone muy a riesgo a las mujeres. Las mujeres biológicamente tienen una gran vulnerabilidad, debido al hecho de que siempre son receptoras; un varón homosexual puede ser activo en un momento o pasivo en el otro. La mujer siempre es pasiva, por lo tanto su posibilidad de infectarse es mucho mayor".

"Ahora bien, profundizando en la frecuencia de riesgo: relaciones anales sin protección, vaginales sin protección y por favor en cuanto a las relaciones orales, que se está practicando mucho en la actualidad, muchas veces porque se piensa que a través de ésta vía no se van a infectar. Pues bien, este es menor pero por igual existe la probabilidad de infección;  debido a que son mucosas y en el mismo momento, que las mismas se ponen en contacto con los fluidos corporales, por igual se pueden infectar. Los riesgos están,  lo que hay que buscar es la manera de minimizar éstos riesgos".
 
 
 
Usted destaca en recientes declaraciones, un documento denominado "Viendo bajo la lupa", ¿Qué revela el mismo?
 
"Este es un documento que publicó la gente de ONUSIDA para 2012,  el cual refleja informaciones no sólo exclusivas de Venezuela, sino de diferentes países de Latinoamérica. Destaca la situación real de la infección por VIH/SIDA en éstos países.  Para Venezuela, los datos realmente son escasos, sin embargo el 70% de las personas con ésta infección, tienen acceso a medicación; como dato preocupante, observamos que la mayoría de los pacientes acuden a las consultas médicas, ya con enfermedad avanzada. Prácticamente la mitad de las personas, saben que están infectadas con el virus, esto lo debemos tomar muy en cuenta; debido a que hay que promocionar que la gente se haga la prueba. No se debe tener miedo, ya que un diagnóstico a tiempo, permite controlar la enfermedad más rápido y alcanzar tener una vida plena, sana, y de alguna manera, esto se puede conseguir con lo que contamos en el país, actualmente".

¿Además de los fármacos antirretrovirales, cuáles son los adelantos más recientes en materia terapéutica o farmacológica?
 
"Dentro de las terapias antirretrovirales, tenemos una variedad de medicamentos que actúan en diferentes sitios, estos son medicamentos que realmente logran controlar la enfermedad, los mismos son delicados y se deben utilizar de por vida. Con respecto a la vacuna para el VIH/SIDA, realmente existe actualmente una vacuna, que ha alcanzado un 38%  de protección. Esto realmente representa un gran éxito, el hecho de que ya se haya logrado un grado de respuesta, es muy positivo y alentador; sin embargo, 38% para una vacuna, es nada, esto simplemente está marcando el camino por donde ir. Hasta que esa vacuna no cubra o no proteja, por más allá del 95%, lógicamente, no se podrá utilizar en forma masiva. Si pienso que probablemente el futuro es promisorio, pero ya con lo que tenemos, de alguna manera podemos echar hacia adelante".
 
"Existe un punto que es muy importante que deseo destacar, el estigma social, tenemos que erradicar esto. Porque desde el mismo momento en que la persona siga teniendo temor a ser discriminada, no se van a hacer la prueba. Tenemos que tratar a las personas que viven con el virus del VIH, laboral, social, familiarmente de la misma manera, que si estuviesen totalmente sanos. De manera que no exista el temor de hacerse la prueba y logren tener acceso a nuestro programa nacional. En la legislación venezolana, se especifica claramente que la prueba del VIH es una prueba voluntaria, ninguna empresa u organización, debe someter a nadie para realizársela sin su consentimiento.  Mucho menos si se sospecha en la persona, algo que indique una prueba de sangre. La prueba de VIH, tampoco debe hacerse en encubierto, por ninguna organización, sin embargo, aún existen en Venezuela, muchas empresas y organizaciones que hacen esto, e incluso han votado empleados por ello. El paciente en Venezuela, debe firmar hoy en día una autorización para que pueda realizársele la prueba.
 
 
 
¿Cómo enfrentar una familia, que un ser querido tiene VIH/SIDA?
 
"Esto es muy particular, sin embargo lo que yo le planteo a mis pacientes y a sus familiares, es que esto tienen que abordarlo con la mayor naturalidad del mundo, como se aborda cualquier otra enfermedad crónica, para lo cual necesitan el apoyo del grupo familiar. Para que apoyen al paciente, para que lo ayuden, para que en los momentos difíciles estén a su lado. Nosotros siempre les estimulamos su autoestima, que sean capaces de llevar su enfermedad, que tomen decisiones y que por supuesto tengan el apoyo familiar y de su pareja".

Finalmente...¿hacia dónde vamos?
 
"No lo sé, me gustaría saberlo, soy optimista, siempre pienso que vamos para mejor, lo que uno busca es que la gente tenga un aprendizaje y que lo conversado y expuesto, sirviera como experiencia. Desde el punto de vista de la vacunación para VIH, confío en que salga una vacuna con la cual logremos controlar la epidemia. Por otro lado, que los medicamentos sean cada vez mejores, más eficientes, más efectivos, menos tóxicos y mucho más fáciles de tomar. En referencia a la mejor campaña preventiva para el VIH/SIDA, creo que la principal falla  en las campañas de prevención, es probablemente hacia quiénes van dirigidas. Hasta que no nos quitemos la careta y hagamos campañas efectivas dirigidas a grupos de población que tengan conducta de riesgo, como homosexuales, profesionales del sexo, e incluso los mismos  profesionales de atención hospitalaria, entre otros, no vamos a incentivar la prevención de forma correcta y no lo vamos a lograr. Dicho sea de paso, poder medir efectividad por campañas es muy complicado.

Telf: +58 212 2761183
 
 
 
 

martes, 5 de febrero de 2013

Cada vez más cerca de vacuna contra el Sida

Hace 15 años muchos pacientes enfermos con el VIH, es decir, con el Sida (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida), morían. Ahora, la tasa de supervivencia de la enfermedad es casi de 100% gracias a la terapia antirretroviral combinada (TARc). Sin embargo, aunque todavía faltan algunos años para lograrlo, cada vez está más cerca la posibilidad de encontrar una vacuna contra dicha enfermedad. 



Hace unos días, los investigadores del equipo de Enfermedades Infecciosas y Sida del Hospital Clínic de Barcelona (noreste de España), quienes llevan seis años trabajando en el Programa de vacunas terapéuticas y profilácticas IDIBAPS, han publicado en la revista Science Translational Medicine los resultados de una nueva vacuna que demuestran que pacientes en tratamiento antirretroviral combiado (TARc) han logrado controlar temporalmente la replicación del virus.
"Este es el tercer ensayo y el más importante porque es en el que hemos obtenido una respuesta más clara y más contundente que nos ha convencido de que estamos en el buen camino", asegura en entrevista el doctor Josep Maria Gatell, director del equipo. "Y que aunque todavía estamos lejos de los resultados, una vacuna terapéutica será posible", añade.
Para el estudio se realizaron pruebas en 36 pacientes que seguían la terapia antirretroviral (TAR), y dichas pruebas demostraron una reducción de más de tres veces de la carga viral en 95% de los infectados. Los efectos positivos, sin embargo, empiezan a disminuir después de la duodécima semana, para desaparecer al cabo de un año de la aplicación. Es decir, la vacuna no cura del todo a los pacientes. Y el virus se hace resistente a los antirretrovirales al cabo de un tiempo. Por eso, como explica Gatell, "hay que mejorar esa vacuna todavía más o posiblemente mejorarla con otra vacuna" y lograr la curación funcional; es decir, "no has eliminado totalmente el virus, pero si el virus no rebrota al terminar el tratamiento te puedes dar por satisfecho", añade.
En cuanto a los plazos, explica que como mínimo habrá que esperar cuatro o cinco años. "En menos de cuatro o cinco años no se puede obtener ninguna vacuna terapéutica ni preventiva que se pueda utilizar. Pueden ser cinco o 25, ya lo veremos. Pero lo importante es que vamos por el buen camino", asegura.
Hoy en día la infección por el VIH es la epidemia más importante del mundo y representa uno de los más graves problemas de salud pública, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). El número total de personas infectadas sobrepasa los 30 millones y hay cerca de 3 millones de nuevas infecciones por año. Y el acceso al tratamiento con antirretrovirales sólo llega a 30% de los más de 10 millones de pacientes que lo necesitan. Por eso la principal esperanza para reducir la incidencia del sida es una vacuna preventiva.
"El tratamiento de los antiretrovirales ha evolucionado mucho: ya sólo se toma una sola pastilla al día y se tolera bastante bien, pero no deja de ser una medicación que hay que tomar durante toda la vida por lo que resulta muy cara. No por que el precio por día de tratamiento sea muy caro, ya que cuesta lo mismo que el tratamiento para una pulmonía. Sino porque el paciente lo tiene que tomar los 365 días de cada año de toda su vida", explica Gatell.
En este sentido subraya que el VIH es la única enfermedad infecciosa que tratamos toda la vida. "El resto de enfermedades infecciosas las tratamos durante un período de tiempo y ya después el tratamiento lo podemos parar. Por eso habría que procurar que con el Sida ocurra lo mismo, que lo pudiésemos parar con una vacuna", comenta el investigador.
Josep Maria Gatell explica que si un día tuviéramos la vacuna terapéutica "una persona que estuviera infectada por el VIH tendría que hacer un tratamiento antirretroviral durante un tiempo determinado, que puede ser un año o dos, se le administraría una vacuna terapéutica y el tratamiento antirretroviral se podría retirar sin que se produjera un rebrote de la carga viral". Es lo que se llama la curación funcional.
 BATALLA MUNDIAL En la actualidad hay diferentes grupos de investigación en el mundo que están desarrollando vacunas terapéuticas y preventivas, por lo que podría ser que uno acabara con éxito. "Si tenemos una vacuna para la Hepatitis B, para la Gripe y para el virus del Papiloma no podemos pensar que esto no vaya a ser posible para el virus del Sida pero aún no hemos tenido éxito". Sin embargo y aunque todavía haya que esperar al menos cuatro o cinco años para que la vacuna sea un hecho, Gatell subraya el hecho de que en la investigación del virus del Sida se ha conseguido mucho en muy poco tiempo. "El Sida es una enfermedad relativamente nueva, moderna, en la que no llevamos muchos años investigando. El primer tratamiento eficaz apenas tiene menos de 15 años, es de 1996. Y se ha conseguido mucho en muy poco tiempo".
Gatell recuerda que "hace 15 años tenía una mortalidad de 100% y ahora tiene una mortalidad de casi 0%. Se tolera bien. Tenemos un tratamiento eficaz y bien tolerado. Se ha avanzado muy rápidamente porque se han invertido muchos recursos. Por eso no hay que ser pesimistas. Esto puede ser posible, pero no hay que ponerle un plazo".
El investigador también apunta a que en el campo de las vacunas si se invierten suficientes recursos se puede avanzar rápidamente. "Y luego se tendrá éxito o no. Ya lo veremos". Y reconoce que la investigación en inmunología y vacunas es cara. "Los reactivos de inmunología son muy caros. Cultivar un virus que es la virología es más barato que medir la respuesta inmunitaria, que es lo que hay que hacer con las vacunas. Los reactivos de laboratorio, las sustancias que hay que utilizar y el instrumental son muy caros y por eso toda la investigación en inmunología es muy cara", explica.
Pero no se queja. "No me quejo de los presupuestos que tenemos porque a pesar de los recortes hemos conseguido mantener un buen nivel de presupuesto en investigación. Pero si se pudieran incrementar, se podría acelerar el proceso y si los medios fueron superiores, lo que haces en ocho años lo harías en tres".

El día en que se descubra la vacuna del Sida, Gatell reconoce que será muy importante, "como también lo fue el día que se descubrió la vacuna de la Poliomielitis, la del virus del Papiloma, la de la Hepatitis B, y la de la Viruela que ha matado a millones y que si no tuviéramos, seguiría matando", afirma. "Será un hito y seguro a quien lo logre le darán el Nobel de Medicina".


El uso de jeringuillas con poco volumen muerto podría evitar la transmisión del VIH y VHC en usuarios de drogas

Estas jeringuillas retienen hasta 1.000 veces menos cantidad de VIH y, según un modelo matemático, conseguirían una reducción drástica en las tasas de transmisión de este virus
Miguel Vázquez - 04/02/2013

Las jeringuillas que tienen un menor "volumen muerto" retienen menos cantidad de sangre que puede contener virus de la hepatitis C (VHC) o VIH. Por tanto, el cambiar a este tipo de jeringuillas podría reducir la transmisión de estas infecciones entre usuarios de drogas inyectables (UDI), según un artículo publicado en la edición de enero de 2013 de International Journal of Drug Policy. Por "volumen muerto" se entiende el que queda en la jeringuilla una vez apretado el émbolo por completo, y en el que pueden quedar restos de sangre u otros fluidos.

Un equipo de investigadores de RTI Internacional y el Instituto Futures propone que el cambio del tipo de jeringuillas disponibles en aquellas zonas donde la epidemia local de VIH se debe, en gran medida, a conductas de riesgo relacionadas con la inyección de drogas, podría reducir e incluso detener la transmisión entre la población de UDI.

 La clave puede residir en la diferencia entre las jeringuillas con gran volumen muerto y las de poco volumen muerto. Mientras que las primeras tienen agujas desechables y retienen unos 84 µL de líquido con el émbolo apretado, las de bajo volumen muerto, por lo general, cuentan con agujas que están unidas de forma permanente y solo retienen un promedio de 2 µl (véase imagen adjunta).
 
De este modo, una persona que comparta una jeringuilla con un elevado espacio muerto es más probable que se vea expuesta a virus que si se hubiera compartido una con poco volumen muerto.

En experimentos realizados en el laboratorio para simular el proceso de aspirar sangre en la jeringuilla y aclararla con agua, los dispositivos con elevado volumen muerto retuvieron 1.000 veces más VIH que las de bajo espacio muerto. Experimentos similares con jeringuillas con poco volumen muerto también evidenciaron que hubo menos probabilidad de transmitir el virus. Los estudios mostraron que el VHC solo pudo vivir durante un día en una jeringuilla con poco volumen muerto, frente a los 60 días en la jeringuilla con elevado volumen muerto.

Empleando un modelo matemático, los autores comprobaron que el reemplazar las jeringuillas con elevado volumen muerto por otras con menor volumen muerto en países donde la propagación de la epidemia se debe en gran medida a las prácticas inseguras de inyección (como China, Indonesia, Rusia o Ucrania) conseguiría importantes reducciones en la transmisión del VIH, con un resultado previsible en la reducción de las transmisiones a casi cero en un plazo de ocho años.

Un sondeo efectuado para determinar las actuales tasas de transmisión del VIH en ciudades con unas tasas elevadas de consumo de drogas inyectables parece respaldar esta afirmación. En países donde se usan principalmente jeringuillas con elevado volumen muerto, la prevalencia de VIH fue baja en la población de UDI de 18 ciudades o áreas, moderada en 15 y elevada en 25. En las ciudades o áreas donde fueron más habituales las jeringuillas con menor volumen muerto, la prevalencia de VIH fue baja en ocho de esas zonas y elevada solo en una de ellas.

El autor principal del estudio, William Zule, afirmó que aunque es preciso realizar más estudios, esta intervención debería implementarse y evaluarse lo antes posible, y añadió que el cambio de jeringuillas de alto volumen muerto por otras de bajo volumen debería considerarse como un componente adicional de los paquetes integrales de prevención del VIH.

En este sentido, los autores ponen de relieve la necesidad de disponer de estudios de fiabilidad y ensayos de distribución aleatoria con control, así como realizar valoraciones rápidas a las personas que consumen drogas inyectables para detectar posibles barreras a este cambio.

Siendo una iniciativa de bajo coste, la principal preocupación es la dificultad para hacer llegar la información a los usuarios de drogas inyectables, proveedores de atención sanitaria y farmacéuticos sobre los motivos para efectuar esta intervención. Otra posible barrera para su implementación generalizada es que la mayoría de las jeringuillas con poco volumen muerto tienen el cuerpo más corto y la aguja está fijada de forma permanente. Esto podría no ser adecuado si se consumen drogas que deben disolverse en un gran volumen de líquido. Además, a menudo los usuarios de drogas pueden preferir agujas desprendibles, que puedan reemplazarse en caso de que se atasquen. En la actualidad, solo existe un único fabricante de jeringuillas con poco espacio muerto y agujas intercambiables, y su precio es relativamente elevado.

A pesar de estos posibles obstáculos, los activistas en este ámbito han recibido bien los hallazgos de este estudio, y consideran que estos datos justifican que se revisen las políticas de los programas de acceso a jeringuillas. Según estas personas, el cambio a estas jeringuillas con poco volumen podría, a nivel mundial, no solo reducir el número de infecciones por VIH, sino también las de VHC, entre la población de usuarios de drogas inyectables.
Fuente: Aidsmap.
  Referencia: Zule WA, Cross HE, Stover J, and Pretorius C. Are major reductions in new HIV infections possible with people who inject drugs? The case for low dead-space syringes in highly affected countries, International Journal of Drug Policy 24(1):1-7.January 2013.